MADRID
Escena

El 'boom' del 'no hay localidades' en la gran capital del teatro: "Somos la alternativa perfecta a las pantallas y a las redes"

Las nuevas direcciones artísticas de los escenarios municipales madrileños explican a GRAN MADRID el éxito de esta insólita temporada, con las butacas agotadas de continuo y con un 80-100% de ocupación

Las seis direcciones artísticas de los escenarios municipales de Madrid, en el Teatro Español.
Las seis direcciones artísticas de los escenarios municipales de Madrid, en el Teatro Español.SERGIO ENRÍQUEZ-NISTAL
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La elocuencia de los datos revela el singular fenómeno madrileño. O el prodigio, pues el hecho teatral permite el léxico ampuloso. Aunque no es grandilocuencia. Desde el inicio de temporada, el Teatro Español ha colgado el no hay localidades en 12 de sus 14 estrenos, con una media de ocupación que supera el 90% y un total de 98.363 espectadores. Sus producciones propias Luces de Bohemia, Bernice, Historia de una escalera y Natacha arrasaron en entradas cada día, nada más aparecer en cartel. En el Teatro Fernán Gómez, ha ocurrido lo mismo prácticamente en todas sus salas y espectáculos, con llenos en Cigarreras y Don Juan Tenorio, un 95% de ocupación en Testigo de cargo, un 93% en El monte de las ánimas y butacas agotadas, según se presentó, en Loba, con un 82% de trasiego.

La tónica de los veteranos se repite en los escenarios más novedosos: Nave 10 Matadero se abarrotó cada día de Juana de Arco, La gramática, La otra bestia, el concierto de Bewis de la Rosa y Jauría, siendo esta última obra de 2020. Al tiempo que el debutante Centro Danza Matadero (CDM) logró el aforo completo en sus 10 primeras funciones, con llenos en Pineda y en la creación coreográfica de IT Dansa. Igualmente, y sin que pesen sus peculiaridades escénicas, Condeduque se mueve en un 80% de público y en más de 20 sold out –el último, de Alberto Cortés–, mientras que el Teatro Circo Price agotó entradas con rapidez en lo emblemático, con más de 3.600 vendidas y el 100% de asistentes en un solo fin de semana del Festival de Circo Iberoamericano o con más de 62.000 en su show navideño.

«Aparte de la alegría, en eso estoy, en explicarme qué ha ocurrido», bromea Luis Luque, al frente de Nave 10 Matadero. «El arranque de los proyectos son siempre un enigma», añade María Pagés, en coodirección del Centro Danza Matadero con el dramaturgo El Arbi El Harti. «El éxito es mucho más complejo que la pericia programática de una dirección artística».

Para desentrañar cuál es esa alquimia de triunfo común que atrae a la concurrencia madrileña, con tanto ardor que colma el patio de butaca de continuo, y sin apenas un año de rodaje de las nuevas programaciones, GRAN MADRID reúne sobre las tablas del decano de Europa –el Español, con sus 442 años–, a los seis cargos artísticos de los escenarios públicos del Ayuntamiento de Madrid: Eduardo Vasco (Español), Juan Carlos Pérez de La Fuente (Fernán Gómez), Luis Luque (Nave 10), María Pagés y El Arbi El Harti (CDM), Aránzazu Riosalido (Price) y Jorge Volpi (Condeduque). ¿Cómo es posible este logro insólito?

«Madrid está en un momento muy dulce entre público y teatro», sitúa Pérez de la Fuente. Pero, en concreto, los teatros municipales «están viviendo un momento de arrebato». Contarán, por supuesto, los galones profesionales , pero ni Pagés ni Riosalido ni Volpi han encarado antes esta primera línea de la gestión pública. Influirá la cantidad de 3,4 millones de capitalinos, pero ante la ingente oferta cultural de la región, la destreza, poca broma de «hacer teatro para la ciudadanía», que ya «puedes programar algo fundamental y que la gente no acuda», debe ser, quizá, mágica.

«La distancia de lo pandémico ha sido importante, ya estamos volviendo a cifras anteriores», arranca Vasco el debate, quien sustenta, como «aventura», pero «en tensión por responder al privilegio», esa tradición del Español por el teatro universal de palabra, la «esencia» de lo dramático y lo literario. «Parece que hemos sintonizado con la audiencia. Pero también hay algo de saturación de pantallas y redes. Hay muy poco ocio fuera de casa y somos la alternativa perfecta a esto y al mundo de la IA. Lo que nosotros ofrecemos, sólo se puede ofrecer donde estamos». Coincide Pérez de la Fuente: «El público quiere volver a esos textos fundamentales que forman la vida cultural de esta ciudad y del país. La gente tiene sed teatro, de su teatro», resalta, pues cuenta que el personal de sala conoce, incluso por su nombre, a los asiduos a Colón, ahora comprometido con los siglos XIX y XX.

Vasco, Luque y Riosalido, en un palco del Español.
Vasco, Luque y Riosalido, en un palco del Español.SERGIO ENRÍQUEZ-NISTAL

«La gente elige refugiarse en las escénicas porque es un lugar del directo, donde todavía la poesía, la belleza y el discurso tienen algún sentido. El resto es ruido. Es un lugar donde podemos salvarnos un poco del shock en el que estamos constantemente, de estas noticias tan terribles. Creo que la gente ha dicho: ‘Uf, vámonos al teatro’», apuntala Luque. Su «refugio gozoso y de cercanía» consiste en la dramaturgia contemporánea española, en el otro extremo de Pérez de la Fuente y de Vasco.

No obstante, sus coliseos dialogan: «Las propuestas de Luis tienen algo más inmediato, esa mordida más vinculada al presente, y nosotros necesitamos ofrecer autores ya con cierto pedigrí o historia. Pero compartimos mucho público y ambos buscamos cosas muy parecidas», analiza Vasco sobre esa conjunción desprejuiciada de hoy, en la que lo antiguo no es considerado rancio ni lo actual, incomprensible. «Con el repertorio del Español, ves que las historias son eternas y que hace 50 años estábamos con los mismos anhelos de tener una vivienda digna, como con Historia de una escalera. Allí te recuerdan qué hemos sido y Nave 10 te dice dónde estamos en el presente», recoge Luque el guante. Destaca, además, que ellos gozan de una parroquia intergeneracional, de 30 o veintitantos a más mayor, sobre todo femenina.

«El público madrileño, como Madrid, es de acogida», califica Vasco sobre esta eclosión inédita. «Es muy receptivo y es muy impresionante ver que las escénicas y la música generan muchísima atención», confirma Volpi, también desde el lado del espectador. Sólo lleva tres años en Madrid y acude «con aprecio» a los espacios de sus congéneres, mientras ultima su programación, la única municipal aún por desvelar, «pronto», cuyo nivel busca «mantener y enriquecer» la altura de «la estupenda que diseñó Natalia Álvarez Simó», a quien ha sustituido.

El céntrico cuartel abarca el perfil ancho del arte y la cultura contemporáneas, en una personalidad propia, con la que lidian también el CDM y Price. «Madrid es la fuente global de la danza que se crea en España. Desde ella, las compañías vuelan a otras ciudades del país y del mundo», reflexiona Pagés, en su reto de «afianzar el CDM como un legado madrileño y apuntalarlo como referente nacional y mundial». Lo que puede ser propiciado, precisamente, por «la vitalidad de la ciudad», elogia. «Los teatros están llenos por esa energía que transmite Madrid a su gente y a sus visitantes y que invita a la participación».

Corrobora Riosalido: «El público madrileño es disfrutón, muy diverso e inquieto con la cultura y ahora mismo eso tiene un peso muy importante en Madrid». Con la responsabilidad, en su caso, de satisfacer a 1.700 espectadores. «Es una burrada. Un completo en Navidad en el Price es como llenar un mes en otros espacios», por lo que juegan a «romper lo estándar de un teatro convencional, como espacio único en la ciudad». Y enfoca justo sobre otra clave del boom madrileño. «Se está dando equilibro a las distintas áreas culturales. Han diversificado mucho y está cada vez más marcado. Es un modo de llamar la atención. ¿Qué te gusta? El humor, pues vete al Price. La danza, pues a CDM; el teatro clásico, al Español». Una fórmula que resalta también Luque: «Cada vez se siente más que Madrid es una capital de teatro. No me gusta comparar con otras europeas, todas con su idiosincrasia, pero Madrid es efectivamente una potencia teatral. Y eso la gente lo ve porque tiene más claro dónde ir».

El Harti, Pagés, Pérez de la Fuente y Volpi, en un palco del Español.
El Harti, Pagés, Pérez de la Fuente y Volpi, en un palco del Español.SERGIO ENRÍQUEZ-NISTAL

Una virtud que parte también de los despachos políticos. En este caso, del de la delegada de Cultura, Turismo y Deporte, Marta Rivera de la Cruz, que encargó el cometido de la pluralidad. «Ver que los teatros municipales cuelgan el ‘no hay entradas’ es el mejor reconocimiento que podemos recibir, porque es el del público. Nuestra oferta cultural va a seguir apostando por montajes de calidad que combinen grandes clásicos como creaciones contemporáneas», afirma.

Aunque su órdago ha ido más allá, recuerda: «Estamos especialmente orgullosos de la respuesta con los estrenos del CDM. Se trataba de una apuesta nueva, no conocida, y la respuesta demuestra que el público madrileño es siempre inquieto y curioso». Agrega Pagés: «Estamos convencidos de que el éxito real ha sido posible porque la aleación de las voluntades y los deseos ha sido perfecta». Alaba, además, «la labor empecinada de los equipos, tanto del Ayuntamiento y Madrid Destino como los nuestros». Ninguna dirección obvia la labor coral de sus profesionales.

Sin olvidar, no obstante, que «no hay que bajar la guardia nunca», subraya Pérez de la Fuente. «Decía Paco Nieva: ‘Tenéis la obligación de encandilar al público, sorprenderle siempre’», un rumbo que, de nuevo, comparten todos, con la búsqueda de nuevos asiduos siempre en mente. Por ello, el Fernán Gómez acaba de presentar un tercer escenario, el María Dolores Pradera, que ya estrenó Los gigantes de la montaña, diferente a lo habitual. O el Español dedica su Salón de los Balcones a trabajar, con «gente de muy nueva hornada, textos de Buero Vallejo, de Valle-Inclán, de Luisa Carnés, con el objetivo de vincular el gran repertorio a los creadores jóvenes que parten de salas off y que no han transitado los teatros públicos todavía», explica Vasco. «Está dando resultados increíbles». Pues interpela a «franjas de edad que se escapan a veces a las artes escénicas», matiza Luque, también sobre los repartos jóvenes de Nave 10. Con ese fin de «apegar al lugar», el Price prepara visitas teatralizadas sobre la historia del recinto, o su transformación, con Raluy Legacy, en un circo tradicional de caravanas y mobiliario de madera para junio. «Y los precios muy accesibles... Al final se le da tanta importancia a la cultura en Madrid que contagia a la población», dice Riosalido. Remata Luque: «Es un reto mantener el atractivo. Y en eso voy a echar el resto». Se nota, ya les está dando sus ricos frutos.

UN TOTAL DE 4.633 BUTACAS

-977 en el Teatro Fernán Gómez.
-449 en el Centro Danza Matadero.
-905 en el Teatro Español.
-352 en Nave 10 Matadero.
-400-1.700 en el Teatro Circo Price.
-250 en el Centro de Cultura Contemporánea Condeduque.